Conoce los dos grandes tikún del alma

La cábala nos enseña que cuando un alma decide descender al plano físico, asume una serie de tareas, o procesos de aprendizaje que le permiten realizar su proceso de corrección, este proceso es conocido en la cábala como Tikún.

Podemos decir que este tikún se divide en dos grandes aspectos:

1. Tikún propio del alma:

Se refiere al aprendizaje troncal del alma, es decir aquel por el cual el alma decidió descender al mundo de la materia.

Este tikún viene dado de vidas pasadas, situaciones que hemos dejado inconclusas o incluso aquellas situaciones que nos han desviado de nuestro plan de alma y que ahora en esta encarnación el alma decide vivenciar para realizar su proceso de corrección.

Normalmente, nuestro tikún personal tiene que ver con nuestros dones y talentos, sin embargo muchos de ellos se encuentra ocultos, con el fin de que el alma logre revelar toda la Luz una vez integre cada uno de sus aprendizajes.

Podemos entender que es una situación en la cual el alma decide vivir una serie de situaciones que la ponen a prueba, donde la gran mayoría implica miedos, dolor y sufrimiento, pero que gracias a ellas una vez el alma logra salir victoriosa y comprender el aprendizaje oculto tras ellas, el alma empieza a elevarse, a despertar conciencia e incluso se vuelve una experta en el tema.

Como dicen por ahí: “Somos maestros de aquellos que hemos vivido”

Como segundo punto tenemos….

2. Tikún ancestral

Cuando el alma decide descender al mundo físico, necesariamente ha de encarnar dentro de un grupo familiar, es decir un árbol genealógico.

Este árbol a de tener las características físicas, mentales, emocionales y psicológicas que le ayuden al alma a cumplir su tikún.

De ahí la frase tan conocida: “Somos nosotros quienes elegimos nuestros padres”

Y realmente es así, ya que esos padres en específico, esos abuelos y familiares tienen las características necesarias para potenciar y despertar cada uno de los aprendizajes que nuestra alma ha decidido resolver.

Esto significa que hemos elegido cada uno de los integrantes de nuestro Clan, las situaciones y eventos de infancia que necesitamos para que nuestra alma inicie su proceso de corrección.

Esto nos permite realizar incluso un proceso de liberación emocional, donde comprendemos que todo, absolutamente todo a sido perfecto, incluso si has vivido el abandono de tu padre, la pérdida de tu madre a temprana edad, o el abuso físico y emocional, todo esto ya estaba contemplado antes de que nacieras, simplemente tu alma necesitaba de cada una de estas vivencias para poder despertar y encaminarse en su plan de alma.

Por lo tanto, no existen culpables ya que cada una de estas personas que en algún momento te causaron dolor y sufrimiento solo te estaban enseñando algo que necesitabas aprender.

Cuando nuestra alma encuentra el árbol perfecto para poder encarnar, también asume la responsabilidad de ayudar a ese Clan a liberarse y revelar luz, tanto para sus antepasados como futuras generaciones.

Es por esta razón que al nacer nuestra alma asume otro tikún que tiene que ver con alguno o algunos de nuestros ancestros, es decir asumimos el aprendizaje que ellos no lograron completar, con el objetivo de que nosotros podamos hacerlo diferente y de esta manera podamos contribuir a la sanación y liberación de todo el árbol generacional.

Como almas hemos entonces de trabajar e integrar nuestros aprendizajes individuales, pero también hemos de ayudar a revelar luz a ese maravilloso Clan que nos ha permitido encarnar en este mundo de la materia.

Es momento de comprender que como almas estamos en una etapa de corrección, de mejoramiento continuo y para esto hemos de vivir situaciones que nos permitan batirnos en la arena y sacar lo mejor que tenemos dentro.